La habitación más difícil de una casa
Todo sobre nuestra experiencia diseñando baños
Últimamente hemos estado un poco callados en el universo online y es que, hasta que no paras, no eres consciente de cuánto lo necesitas. ¿A vosotros también os pasa? Pero enero ya se ha terminado (para nosotros fue un mes extrañamente largo) y ya hemos conseguido volver, poco a poco, al ritmo normal de las cosas.
HABLEMOS SOBRE BAÑOS
Si te pedimos que te imagines en tu casa soñada, seguro que lo primero que se te viene a la cabeza es un salón, puede que luminoso y con techos muy altos, o una cocina preciosa, o incluso un dormitorio donde solo se respira paz.
¿Cuántos de vosotros habéis pensado en un baño?
Porque, normalmente, son los grandes olvidados a pesar de todo el tiempo que pasamos en ellos (piénsalo tan solo durante unos segundos). Por eso, en Himera nos parece importante tratarlos como una habitación más. Dedicarle el mismo mimo que a un salón o a una cocina, y diseñarlos de forma que se integren con el resto de espacios y no parezca que han aterrizado en las casas desde otra galaxia.
Estas son algunas de las cosas sobre baños que hemos aprendido a lo largo de los años:
1 La planificación previa lo es todo
Si solo pudieras seguir un único consejo de esta lista, deberías elegir este. La planificación en una obra es fundamental si quieres que el proceso sea ligero y con la menor cantidad posible de contratiempos. Ten claro antes de empezar qué vas a hacer, cómo lo vas a hacer y quién lo va a hacer para que el resultado sea el esperado.
2 Los colores y acabados importan
Es posible que con este punto creemos cierto debate, pero no podíamos dejarlo atrás: nos parece básico que los baños tengan el mismo carácter que el resto de la vivienda (¡aunque tengamos 12!). Una casa encierra una historia y es bonito que esta sea recurrente, que cuando vayas descubriendo el espacio todo esté relacionado, todo tenga un mismo sentido.
Por eso, en nuestros proyectos, procuramos repetir la gama cromática de la casa también en los baños. Nuestros acabados favoritos son los microcementos para las paredes y las piedras naturales, pero también solemos apostar por elementos de madera para aportar calidez.
3 Los complementos también
Básico: no te olvides de un lugar para las toallas. Si te sirve de ayuda, un recurso que utilizamos muchas veces es el de no pegar los muebles de lavabo contra las paredes para esconder en ese hueco el toallero. Una pareja (toallero-toalla) que, si puede pasar desapercibida, mejor. Al menos en espacios pequeños.
Volviendo a los complementos, la mayoría de veces no hacen falta tantos como pretenden vendernos y, recuerda, tampoco es necesario que vayan a juego: porta rollos, escobilla, toallero de mano, toallero grande, ganchos varios, dosificadores de jabón y un largo etcétera. En la mesura está el éxito.

4 La hornacina de la ducha
A no ser que seas un minimalista nato que solo necesita un único bote, no está de más contar con un espacio, aunque sea pequeño, donde guardar de forma organizada todos los productos de ducha. En una esquina en el suelo generan desorden :’)
5 Algo para secar las toallas
Los radiadores toalleros son elementos muy prácticos que, además, también pueden ser bonitos y ayudar en la composición del baño. Pocas cosas resultan más reconfortantes después de una ducha que secarse con una toalla caliente, pero pocas cosas resultan más desagradables que el olor de una toalla húmeda. Y con un secatoallas resolvemos ambas.
Si vives en un clima húmedo como nosotros, lo agradecerás especialmente, pero nunca está de más, si tienes espacio, reservar el hueco -los eléctricos son especialmente útiles porque los puedes encender en cualquier época del año. Este modelo nos tiene obsesionados porque parece una escultura, pero este otro para baños más clásicos también nos encanta.
6 No a las mamparas de vidrio demasiado grandes
Seguimos con la ducha, pero es que tenemos mucho que decir al respecto. Las mamparas de vidrio son difíciles de limpiar, se ensucian rapidísimo y a nadie le gusta, después de ducharse, estar pendiente de las salpicaduras para que el baño esté impecable. Además, suelen tener juntas de silicona que envejecen regular.
Así que, siempre que puedas, intenta que sean pequeñas. Las duchas de obra son una opción perfecta que soluciona este problema.
7 Almacenaje: más es más
En un baño se pueden llegar a guardar mil cosas (productos de belleza, botiquines, toallas, ropa sucia…) por lo que, si antes de reformarlo, piensas con detenimiento sobre cuánto almacenaje necesitas, te resultará más fácil que después esté ordenado. A continuación algunas ideas que hemos incluido en nuestros proyectos:
- Espejos enrasados en la pared que ocultan detrás almacenaje
- Muebles de lavabo con cesto para la ropa sucia incorporado (¡y oculto!)
- Armarios para ropa blanca en espacios grandes
- Incluso en uno de nuestros últimos proyectos creamos una hornacina con baldas en la que “escondimos” el radiador toallero
Eso sí, procura que las soluciones de almacenaje en el baño sean rotundas y estén integradas en el espacio, porque abusar de elementos pequeños puede generar muchísimo ruido.
UNA ESCAPADA DE INVIERNO
Como muchos sabréis, en enero nos escapamos unos días a Milán para empezar el año con buen pie, y resultó ser una de las mejores decisiones. Ni el frío ni la lluvia nos estropearon el viaje. Tuvimos la Plaza del Duomo para nosotros solos (bueno, para ser justos, la compartimos con algunas palomas), y pudimos pasear y disfrutar de su arquitectura con calma, sin aglomeraciones y sin agobios. Pero también de la comida y las tiendas (porque no se puede ir a Milán y pasar esto por alto).
No nos tomamos el viaje demasiado en serio porque nos apetecía improvisar y descubrir rincones sobre la marcha. Por lo que no nos pidáis recomendaciones de libro, porque no las tenemos. Aunque nuestra cita en Berberè nunca falta cuando pisamos Italia.
Feliz mes,
Ana & Edgar